1.- Asegúrate de que siempre estén secas.
Si por alguna razón tu calzado se mojó es necesario que lo ventiles y los dejes secar completamente al aire libre, esto evitará que tengas algún accidente en el trabajo y también va a prevenir la proliferación de hongos y bacterias. Recuerda que a estos microorganismos les encantan los ambientes húmedos.
2.-Siempre revisa la suela.
Es vital que verifiques la suela para evitar que en esta se hayan incrustado cuerpos ajenos al calzado como piedras o vidrios y sobre todo alambres, clavos o algún otro cuerpo metálico. Recordemos que la suela es la que nos protege, por lo que esta debe estar en excelentes condiciones.
3.-¿Cuándo cambiar mis botas?
Inmediatamente después del primer impacto fuerte, pues el casquillo ya habrá perdido su función. Cuando se vean sumamente desgastados o la suela presente alguna fisura. Te recomiendo que antes de realizar tu compra te acerques a tu asesor de venta para verificar el certificado y ficha técnica del calzado que estás a punto de adquirir, ya que no todo el calzado con casco no metálico es dieléctrico ni deja de ser dieléctrico por tener casco metálico.